HONDURAS DIVIDE LA CUMBRE DE ESTORIL
La división sobre Honduras ha sido el tema principal que ha dominado las discusiones de la cumbre de países latinoamericanos más España y Portugal en la localidad portuguesa de Estoril.
Esta mañana en un desayuno que el Rey y el presidente del Gobierno han mantenido con los mandatarios centroamericanos asistentes a la Cumbre Iberoamericana que comenzó ayer, Zapatero ha soslayado el reconocimiento de los resultados de las elecciones del domingo y ha hecho un llamamiento a los hondureños para que lleguen a "un gran acuerdo nacional" que cuente con el "consenso centroamericano, latinoamericano y europeo".
España, que hasta ahora se había alineado con el frente de la firmeza, encabezado por Brasil y los países del ALBA, ha comenzado a despegarse del mismo y ha adoptado una posición conciliadora hacia quienes, como Perú, Colombia, Costa Rica o Panamá, reconocen el triunfo de Porfirio Lobo.
El secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de la Iglesia, dijo que la participación había sido "similar" a la de anteriores comicios y fuentes gubernamentales añadieron que "la situación tiene ahora otros protagonistas [en alusión a Lobo] que deben trabajar por la recuperación de la institucionalidad democrática". El Gobierno no se ha pronunciado sobre el reconocimiento del nuevo presidente y está a la espera de acontecimientos; como la reunión el 2 de diciembre del Parlamento hondureño, que debe decidir si restituye a Zelaya en unas condiciones que éste rechaza.
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, Miguel Ángel Moratinos, ha dicho: "España no reconoce estas elecciones pero tampoco las ignora. Tenemos nuestros observadores políticos y queremos una declaración consensuada. Abogamos por una plataforma de diálogo para la reconciliación nacional en la que habría nuevos actores y diálogo con el presidente Zelaya. La posición de la UE es una posición única".