martes, mayo 30, 2006

Para que la memoria no sea asesinada

Amigos, con mucho respeto y sabiendo que ustedes luchan en favor de los Derechos Humanos, y teniendo en cuenta que este domingo todo vuestro país elegirá a un presidente, me permito publicar algunas fotos para que quienes visiten esta página no olviden lo cruenta e inhumana que fue la guerra interna que vivieron desde 1980, pero asimismo no olviden que el terror debe ser condenable también cuando viene del propio Estado y no debería existir impunidad alguna que permita a ex presidentes no enfrentar a la justicia. Suerte y les deseo que les vaya bien y que el temor no venza a la esperanza.

Desde el hermano país de Argentina, su amiga Tania.

P.S.: Las fotos fueron tomadas del libro publicado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú. Todas ellas muestran la represión del Estado hacia la población civil durante el gobierno del señor Alan García Perez.








viernes, mayo 26, 2006

Trabajando por la unión Latinoamericana

Una vez más, continuando con nuestra tarea de integrar a la Juventud Latinoamericana, la tres sedes de Coordinadora Estudiantil por la Democracia y Derechos Humanos (Colombia, Ecuador y Perú) estuvieron presentes en el SEMINARIO INTERNACIONAL "PROPUESTAS DE INTEGRACIÓN PARA LA UNION DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE" organizado por el Convenio Andrés Bello. Este seminario tuvo como sede a la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales - UDCA de la ciudad de Bogotá - Colombia, y se realizó del 26 al 28 de abril de 2006.

En dicho evento, los miembros de las CEDDH resaltaron, en las diferentes mesas de las que se participó, la importancia de la movilización social de la juventud para lograr la Unión de Latinoamérica.

Natalia Suárez (Colombia) Johan Guisse (Perú) Andrea Garzón (Colombia) Guillermo Leigh
(Ecuador) en la Innaguración del Seminario (25 /04/2006)

De izquierda a derecha: Guillermo leigh (Ecuador), Andrea Grazón (Colombia) Natalia Suárez (Colombia),
Carlos Zambrano (nuevo miembro de la CEDDH - Ecuador) el día de la clausura del seminario. (28/05/2006)

Después de realizado el seminario, los miembros de la Coordinadora de los tres países mantuvieron reuniones con diferentes organizaciones civiles, siendo los resultados de las mismas la incorporación de la CEDDH a la Red de Organizaciones Latinoamericanas que realizará la Gran Caravana por Latinoamerica (desde Argentina hasta las costas del Caribe).

Un agradecimiento a las organizaciones del hermano país de Colombia, como el Colectivo OctoActo (en la persona de Iván Castiblanco y Andrea Osorio), a la Fundación Unela (en la persona de Julián Roa) y las Comunidades Indigenas de Colombia como la Comunidad Indígena de Sierra Nevada de Santa Martha (en la persona de Kankuamo Gustavo Carrillo, ente otros).

Se ha logrado también establecer lazos institucionales importantes, agradeciendo en especial a las personas que han decidido colaborar con la CEDDH, tales como Dra. Ofelia Stahringer de Caramuti (Directora de la Cátedra Andrés Bello / Directora del Centro Interdiciplinario Mercosur - Argentina) y a Carl Johan Blydal (Asesor del Parlamento Europeo - Alemania).

Durante este viaje, los miembros de las tres sedes de la CEDDH pudieron visitar la Universidad Nacional de Bogotá, así como las pueblos cercanos a dicha ciudad como: Villa de Leiva, Chiquinquira y Boyaca.

En la foto: Julia Roa (Asesor de la Secretaria General de la Presidencia de la República de Colombia y miembro de la Fundación UNELA) con Johan Guisse (Ceddh - Perú) (03/05/2006)

Gustavo Carrillo ( Dirigente indigena de Sierra Nevada de Santa Martha - Colombia) Con Johan Guisse (03/05/2006)

Los Miembros de la CEDDH (Ecuador, Colmbia y Perú)
en la reunión de las distintas redes colombianas, con el objetivo de participar en la travesia.



Miembro de la Comunidad indigena de Sierra Nevada en la reunión con los miembros de la CEDDH

Finalmente, un agradecimiento especial a todos los miembros de la CEDDH de Colombia, por habernos acogido como hermanos de forma magnífica en la cuidad de Bogotá. Asimismo, un saludo especial a Andrea Garzón y Natalia Suárez por su gran apoyo y los esfuerzos que hacen por afirmar los objetivos de la CEDDH Colombia.

jueves, mayo 18, 2006

La CNDDHH frente a la libertad provisional de Fujimori

La CNDDHH expresa su sorpresa y protesta ante la decisión de las autoridades chilenas de otorgar libertad provisional al ex Presidente Alberto Fujimori, quien venía cumpliendo arresto desde hace seis meses en ese país.

La Corte Suprema de Chile ha otorgado a Fujimori libertad bajo fianza con orden de arraigo. Esta decisión conlleva altos niveles de riesgo, dado que es un personaje que puede fugar o buscar asilo en la embajada de Japón u otra Embajada. Como es conocido, Fujimori salió furtivamente del Perú y entró a Chile de la misma manera. Además, alienta una sostenida campaña a favor de su impunidad. Tal posibilidad truncaría el proceso de extradición y abriría escenarios muy complejos a encarar.

Extraña también que se otorgue esta medida a un presunto responsable de delitos de lesa humanidad por los que actualmente viene siendo procesado. Invocamos a las autoridades chilenas a desestimar esta inapropiada y riesgosa medida.

Estamos seguros que las autoridades peruanas, que están comprometidas con la extradición de Fujimori, tomarán las medidas pertinentes frente a esta situación. De otro lado, esta es una ocasión muy importante para la toma de posición y el pronunciamiento de los candidatos presidenciales frente a este medida y a la lucha contra la impunidad.

La CNDDHH hace un llamado de alerta a los organismos de la sociedad civil y a la ciudadanía en general sobre la probable utilización política de esta decisión por parte de los seguidores del ex Presidente.

Finalmente, expresamos nuestra solidaridad con la protesta de los familiares de las víctimas de La Cantuta y Barrios Altos, quienes se concentrarán frente a la Embajada de Chile (Av. Javier Prado Oeste, cuadra 6) el día de hoy a las 4.00 p.m.

Lima, 18 de mayo de 2006

Area de Prensa
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos

702 2500 - Anexo 113

domingo, mayo 14, 2006

Voto en blanco y Democracia

Lima, 08 Mayo 2006 (CARETAS) Se ha planteado abierta y sesgadamente, la posibilidad de un voto en blanco en la segunda vuelta con el argumento de que ninguno de los candidatos que han quedado en liza convence a los electores. Las razones van desde una fácilmente descartable desde una perspectiva numérica, hasta alguna otra que, sin mayor profundidad, recoge la tesis que el pueblo puede, en una democracia, hacer lo que quiere en un proceso electoral, en aquel momento de cada cinco años en que es, efectivamente, el soberano.

La primera razón pretende apuntar a la ilusión que generan los que no pasaron a la segunda vuelta es, que con una gran masa de votos en blanco, se podría declarar nula la elección. Ya se ha dicho que esa nulidad sólo llevaría, a que se volviese a plantear la elección en segunda vuelta entre los mismos candidatos que ganaron en la primera. No hay posibilidad de decretar la nulidad de todo el proceso y comenzar de nuevo desde cero. El vacío sólo se generaría si después de una segunda o tercera elección entre los candidatos que pasaron a esta etapa, los votos nulos o blancos alcanzaran las dos terceras partes en cada oportunidad y no por cuestiones jurídicas sino por un caso de descomposición política.

Este cálculo es imposible. Tomando en cuenta el porcentaje de los votos emitidos por los candidatos del APRA y de la UPP, se llega a 46.091% entre ambos (25.685% de Humala y 20.406% de García), eso quiere decir que basta que los que ya votaron por ellos ratifiquen su voto, lo que es altísimamente probable, para que numéricamente el alegato que se pasa a través de los correos electrónicos caiga por los suelos. Si nadie más que esos electores repitiera su voto, entonces ya está destruida la posibilidad de alcanzar el 66.66667% que se requeriría para anular la elección. A lo máximo que podían aspirar si todos, repito, todos los demás viciaran su voto o votaran en blanco sería a 53.909%. Les faltaría casi trece puntos más para alcanzar eso que en los correos llaman justicia divina.

Pero más allá de esta razón numérica hay una razón cívica y de concepción del principio democrático, que obliga también a los electores a quedar vinculados por las decisiones de la mayoría en el proceso en que participan y resulta ser también, luego de esa primera vuelta una suerte de funcionario del Estado con una misión específica, la de darle gobierno al país.

En la votación se expresa lo que Rousseau llama la voluntad general, la consulta a todo el pueblo, la reunión para decidir sobre lo trascendente, luego, viene la obligación que ese cónclave da a cada uno de los ciudadanos del país: designar gobierno. Lo contrario, como lo ha señalado con claridad Valle Riestra, es dar lugar a la anarquía, a la prolongación del actual parlamento, a la prórroga del mandato presidencial, al descalabro del sistema político y, en última instancia, abrir las puertas al golpe de Estado.

En una democracia no cabe picarse. La democracia requiere de ciudadanos, no de individuos. El individuo reacciona de acuerdo a lo que a él le parece o le provoca sin cura de lo que sucede en su derredor. El ciudadano tiene el deber, la carga cívica, de pensar en el bien de la comunidad en cada una de sus decisiones y de ceñir su actitud a las reglas a las que se sometió como garantía de la convivencia. Uno de sus deberes básicos es contribuir, como órgano electoral en que se convierte, en forjador del gobierno de la nación.

En suma, ni desde la perspectiva utilitaria, ni menos aún desde la de las esencias del sistema democrático que protestamos todos defender, cabe en la segunda vuelta escaparse del deber de decidir por cualquiera de los dos que pasaron la primera valla.

Alberto Borea Odria
ex embajador del Perú ante la OEA

jueves, mayo 11, 2006

¿Cómo pretendemos reencantar así a los jóvenes con la política?

La Coordinadora Estudiantil por la Democracia y los Derechos Humanos del Perú desea dar a conocer algunos puntos que estima debieran ser parte de la agenda política nacional y del debate entre los dos candidatos que desean representar al Perú para el periodo 2006 – 2011:
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En lo general:

1. Hoy, alrededor del 49% de los jóvenes en el Perú vive en situación de pobreza, frente al 18% que está inmerso en la extrema pobreza.

2. Para las próximas elecciones presidenciales 2006, el 36% de los electores tendrá entre 18 y 24 años de edad. Si ampliamos este rango de edades hasta 29 años, el porcentaje crece hasta 43%. Sin embargo, hasta el día de hoy no se observa la presencia de propuestas coherentes y serias al interior de los Partidos Políticos, que toquen el centro mismo del problema que aqueja a este sector.

En el área de educación:

3. La tasa de analfabetismo en nuestro país alcanza un 12%, sin embargo, en el área rural llega a un 26%.

4. En la educación superior, de los 5 millones de jóvenes que hay entre 20 y 29 años, apenas 234 mil acabaron la universidad.

5. La actual política educativa genera la exclusión de aproximadamente 160,000 estudiantes que padecen algún tipo de discapacidad.

6. Las cifras resultantes de la Evaluación Nacional de Rendimiento Estudiantil 2004, tomadas a jóvenes entre 16 y 17 años, son realmente preocupantes, pues señalan que el 99,4% de estudiantes NO FUE CAPAZ DE EXPLICAR LA DIFERENCIA ENTRE UN GOBIERNO DEMOCRATICO Y UNO DICTATORIAL. Asimismo, un 70% de dichos estudiantes NO SUPO RECONOCER LA IMPORTANCIA de conocer los planes de gobierno para elegir un candidato. Y un 99% NO CONOCE LOS MECANISMOS PARA PARTICIPAR EN LA TOMA DE DECISIONES DE LA LOCALIDAD EN QUE VIVEN. Lo más preocupante es que dichos jóvenes que contaban con 17 años en el 2004, para las próximas elecciones presidenciales ejercerán su derecho ciudadano a “elegir”.

En el área económico social:

7. En la actualidad, el gobierno destina aproximadamente 2200 millones de dólares en programas de “ayuda social”, algunos de ellos relacionados con jóvenes, pero sin embargo, el 48% de los jóvenes ha tenido que emigrar de sus lugares de origen para buscar algún trabajo “de lo que sea”. De los 7 millones de jóvenes que hay en el país, entre 15 y 29 años, aproximadamente 2 MILLONES DE ELLOS NO ESTUDIAN NI TRABAJAN. Lo más grave aún es que de los 5 millones de jóvenes que sí tienen empleo, el 80% trabaja de forma “independiente”, es decir, en trabajos informales, precarios o carentes de de estabilidad y derechos. Ello es impactante cuando sabemos que anualmente 300 mil nuevos jóvenes se “integran” al sistema laboral.

8. Existen 300 mil jóvenes inmersos en el consumo de drogas, en la que el promedio de edad es de 27 años. El promedio de inicio en las drogas ha bajado de 16 años a 14 en sólo los 3 últimos años.

9. La discapacidad afecta al 31.28% de la población nacional, en su mayoría jóvenes y niños. Sin embargo, las personas con discapacidad no han merecido que en el Acuerdo Nacional se contemple como política de Estado el apoyo al desarrollo de sus capacidades.

10. Según la Dirección General de Migraciones, entre enero y febrero del 2005 alrededor de 80,000 peruanos se fueron del país y no retornaron. Se estima que durante el año 2005, entre 450mil a 480 mil peruanos habrán salido del país para no retornar. Hoy más del 10% de peruanos vive fuera del país, el 48.6% del total son mujeres.

En lo político:

11. Un 74% de la población nacional percibe que todos los funcionarios públicos son corruptos y sólo el 13% del país está satisfecho con la democracia. En Lima, un 95% de los limeños está poco o nada satisfecho con la democracia. En el país, el 70% de la población desea emigrar fuera en búsqueda de una salida a sus problemas económicos y un 25% hubiera preferido nacer en otro país.

12. En la actualidad de 12,438 autoridades regionales y municipales, sólo 938 son jóvenes (7.5%), la mayoría (98,7%) en cargos de Regidores.

13. Los Partidos Políticos no han tomado en serio la presencia de la juventud en sus listas parlamentarias y en sus cargos de direcciones nacionales, que no sean los de Secretarios de Juventudes.

14. Más del 85% de los jóvenes, entre 14 y 29 años, manifiesta su rechazo a la figura de la REELECCION y su desconfianza hacia los actuales Partidos Políticos.

15. En estas últimas elecciones del 9 de abril de 2006, de 16'494,906 ciudadanos, votantes hábiles, 4'219,521 se encuentran entre aquellos que votaron en blanco, viciaron su voto o simplemente decidieron no asistir a votar. Ello representa el 25,6% de votantes hábiles, es decir que, uno de cada cuatro electores no han expresado o decidieron no expresar su apoyo por ningún grupo, partido o candidato.

POR LO TANTO CONCLUIMOS QUE:

a. No es posible reencantar a los jóvenes si se mantiene una visión despectiva y de prejuicio hacia ellos. Los jóvenes no desean ser utilizados, ni desean ser el cálculo político electoral de quienes ven en ellos la posibilidad de "ganar" algunos votos.

b. Sólo una real REINGENIERIA al interior de TODOS LOS PARTIDOS, en especial aquellos con larga data y pasado de gobierno, puede generar ciertos mecanismos que ayuden a abrir espacios nuevos, donde se promuevan liderazgos diferentes, verdaderos, con visión de largo plazo, eficaces y tolerantes.

c. ES DE IMPERIOSA NECESIDAD EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA CLASE POLITICA, con nuevas formas de pensar y hacer política, al servicio de la sociedad y sin mezquindades e intereses de grupos. La RENOVACION DE LA POLITICA Y DE LOS POLITICOS es imprescindible e impostergable si realmente queremos salvar un sistema como el democrático y buscar la participación de la ciudadanía.

d. Esta etapa electoral debe y tiene que caracterizarse por el debate y confrontación de ideas y propuestas serias y viables por ambos candidatos y cada uno de ellos deberá de demostrar la debida capacidad técnica para llevar a cabo dicha propuesta. Por ello, el debate debe y tiene que ser la confrontación de equipos y no de personas. Debemos desterrar de la política la figura del caudillo, del mesias que sabe y puede solucionarlo todo. Exijamos seriedad y respeto hacia nosotros, los electores, y hacia todo el pueblo peruano.


CEDDH - Perú

miércoles, mayo 03, 2006

FE en el Perú

Discurso de orden del señor Cheff Gastón Acurio en la Ceremonia de apertura del Año Académico
Fotografía: Yayo López (Revista Gatopardo)

Si bien podríamos pensar que los recursos naturales con los que cuenta nuestro país han sido una bendición, la historia nos ha enseñado siempre lo contrario. Alguna vez fue el caucho; otra vez, el guano; hoy son los minerales. Sin embargo, cuando estos se acaban, con ellos termina un ciclo económico de bonanza y aparece esa odiosa debacle e incertidumbre que destruye democracias y da origen a falsos caudillos.

Nos queda claro, entonces, que el crecimiento, la estabilidad y la riqueza de un país nunca estará del lado de los recursos naturales, sino de los productos que se elaboren con ellos. Por ello, los suizos compran recursos como el cacao o el oro y con ellos elaboran chocolates, joyas o relojes; y, por ello, los japoneses y los coreanos compran minerales para luego transformarlos en electrodomésticos y automóviles. Los ciudadanos de todos los países industrializados han entendido que la gran riqueza no está solo en la elaboración de productos genéricos, sino en la creación de marcas cuyo reconocimiento en términos de calidad les permite expandirse por todo el mundo. Por ello, Suiza compró cacao y oro, y sus ciudadanos los convirtieron en chocolates Nestlé y en relojes Rolex; Japón y Corea compraron minerales y su gente los convirtió en Toyota, Nissan o Samsung; y en épocas aún más recientes, el norteamericano Howard Shultz compró café por el mundo y se lo devolvió convertido en Starbucks.

Pues bien, la gastronomía peruana hasta hace muy poco ha sido justamente eso: un gran recurso. En efecto, ha sido un recurso muy querido por todos, un orgullo para todos, y muy apreciado por algunos extranjeros que descubrían anecdóticamente sus bondades en visitas de trabajo por el Perú. Sin embargo, nuestra gastronomía no es afortunadamente solo un gran recurso, sino una suma de cocinas y conceptos que, en muchos casos, aún esconden un gran potencial. Una vez desempolvado tal potencial y luego de haberse creado el marco conceptual y puesto en valor, los productos de la gastronomía peruana podrían ser exportados por todo el mundo.

Así es. Detrás de nuestra entrañable cocina criolla, de nuestras pollerías, de los chifitas de barrio, de la cocina novoandina, de las picanterías arequipeñas, de los anticuchos, de los sánguches, de la cocina nikkei o de las cebicherias, existen oportunidades inmensas de crear conceptos que trasciendan su ámbito local para convertirse en productos, productos peruanos de exportación que no solo aspiren a codearse con conceptos ya instalados globalmente como pizzerías, hamburgueserías, sushi bares o taquerías mejicanas, sino que, además, generen al Perú enormes beneficios tanto económicos como de marca país.
Hasta aquí creo que podemos entender cómo nuestra gastronomía, un gran recurso, con productos con gran potencial, está lista para expandirse por el mundo; sin embargo, algo falta para el despegue final. ¿Qué sucede que aún no despegamos como quisiéramos?

Todos los estudios de mercado hechos fuera del Perú por empresas internacionales indican que el concepto culinario más en alza en el mundo es el peruano, que la demanda del consumidor internacional por conceptos peruanos rebasa largamente a su oferta, que invertir en un restaurante peruano bueno es invertir sin riesgo en cualquier ciudad norteamericana o europea.

Dentro del Perú hemos vivido una revolución editorial y educativa en términos culinarios que nos ha llevado a publicar en los últimos diez años más libros de cocina que en toda nuestra historia editorial previa. En Lima se han abierto, en los últimos 5 años, 22 escuelas de cocina reconocidas oficialmente, lo que la convierte en la ciudad con más escuelas de cocina en el mundo. Este año el 30 por ciento de los turistas que visitó el Perú para ir a Cuzco decidió quedarse en Lima un par de días adicionales solo por todo lo que había leído y escuchado acerca de su gastronomía. Los periodistas más importantes de todo el mundo son enviados a cubrir esta revolución culinaria y publican artículos y emiten programas de TV deslumbrados por lo que ellos consideran la inminente invasión peruana de sabores por todo el mundo. ¿Por qué a pesar de todos esos indicadores aún no se crean restaurantes peruanos en todas partes? La respuesta es más que evidente. Tenemos el recurso, disponemos de los productos. ¿Qué nos falta? Las marcas. Las marcas peruanas de productos culinarios peruanos por el mundo. Allí está la clave.

Algunos dirán que nos falta también el capital, los recursos financieros. Nosotros podemos rebatir ello contándoles que recibimos casi diariamente propuestas de inversionistas, desde Arabia Saudí hasta Australia, para invertir en restaurantes peruanos, propuestas que en su mayoría rechazamos porque creemos firmemente que todo tiene su momento, su espacio, su oportunidad.

Marcas peruanas, eso es lo que los cocineros y empresarios peruanos tenemos que lograr para que esos inversionistas no tengan una, sino muchas opciones para escoger a la hora de decidirse por uno u otro concepto. Necesitamos marcas que hayan desarrollado internamente todo aquello que hace que una pequeña gran idea, un pequeño gran sueño se traduzca en una filosofía poderosa que vaya creciendo poco a poco hasta convertirse en un modelo para estudiar, imitar, admirar, e incite a invertir.

En el caso de nuestra organización hemos venido desarrollando conceptos culinarios cuya aspiración, desde el comienzo, fue no solo su internacionalización, sino también su segmentación, pues entendimos desde el comienzo que los restaurantes no son escenarios genéricos sino espacios para públicos distintos, para momentos distintos, para economías distintas.

Cuando empezamos con el restaurante "Astrid y Gastón" hace doce años, lo hicimos con un capital de 45,000 dólares, prestados por familiares y amigos sin mucha fe, pero con un gran cariño hacia nosotros. Al cabo de 5 años, y luego de haber encontrado finalmente nuestra filosofía, después de habernos definido conceptualmente como restaurante de alta cocina peruana, lo que nos permitió ubicarnos en la cúspide de la pirámide de segmentación del mercado culinario, hicimos nuestra primera incursión fuera del país, en Chile, donde la cocina peruana ya tenía un gran reconocimiento. Los premios no tardaron en llegar, y luego vinieron Colombia, Ecuador, y, ahora, Venezuela, Panamá y México. Hoy cada uno de los locales ubicados en los mencionados países no solo es rentable, sino que, además, es reconocido como líder y referente de alta cocina en cada lugar. Así es: alta cocina peruana codo a codo con la francesa, la española, la italiana, etc. Como en algunos casos, las revoluciones empiezan de arriba hacia abajo, esto nos ha preparado el terreno para que nuestras otras marcas puedan ingresar con facilidad en otros segmentos avaladas por el prestigio generado por la anterior. Es más fácil conquistar corazones haciendo alta cocina y luego sánguches que haciendo sánguches y luego alta cocina.

Después nació "Tanta", al que ubicamos dentro del segmento del restaurante familiar y lo definimos como el bistró o el deli de los peruanos, el lugar donde quien no podía pagar "Astrid y Gastón" podía sentir la misma filosofía y el mismo espíritu, pero en un ambiente informal y con precios asequibles, siempre con los sabores peruanos, pero siempre con originalidad, sofisticación y espíritu artesanal. Para nosotros hacer "Tanta" fue de alguna manera una catarsis, pues cada vez más "Astrid y Gastón" nos dejaba esa sensación de ser cocineros de elites pequeñas en un país de muchos y "Tanta" significaba justamente liberarnos de esas ataduras y poder mostrar a muchos todo aquello que queríamos decir con nuestro trabajo. Hoy tenemos tres locales en Lima, abrimos uno más este año y hemos terminado ya el proceso de elaboración de manuales, con lo cual ya está listo para ser exportado.

Luego vino "La Mar". Si bien tengo muchas cebicherías favoritas, siempre sentí que todas carecían de una filosofía total que les permitiera competir con liderazgo en cualquier parte del mundo. Sentía mucha pena al ver cómo los peruanos habíamos devaluado un producto tan atractivo y sofisticado como nuestra cocina marina, relegándolo a categoría de "chingana" con sillas de plástico, sin servicio y con otras carencias notables. Y lo que era más grave, cuando algún empresario decidía mejorar sus instalaciones o mejorar el servicio, automáticamente quitaba el cartel de cebichería, para llamarlo restaurante de pescados y mariscos, sin darse cuenta de que era justamente ese nombre su mayor virtud, la que lo diferenciaba de las demás ofertas marinas que encontramos por el mundo.

Cebichería, peruvian seafood, eso fue lo que imaginamos como una realidad difundida por todas partes. Y, claro, lo demás era simple: había que aprovechar la enorme popularidad del cebiche por el mundo y crear una cebichería como concepto ubicado en el segmento étnico que compitiera internacionalmente con los sushi bares japoneses, con la convicción de que no eran ni mejores ni peores, sino simplemente distintos, con la diferencia de que frente a la solemnidad casi monacal del sushi bar, estaba el espíritu divertido y desenfadado de la cebichería. Había que mantener los elementos identificadores: la caña, el viento, la luz, pero con diseño. También era necesario mejorar y estandarizar la materia prima, crear una filosofía de servicio acorde con el ambiente alegre que debía de prevalecer, conservar los sabores con detalles de imaginación, y contar esa historia real de que los peruanos amamos el cebiche, y la cebichería es nuestro templo en todas partes.

Hoy estamos abriendo el segundo "La Mar" en Lima y ya hemos vendido franquicias de este concepto en México, toda Centroamérica y el Caribe, y Brasil. Para el año 2007 esperamos iniciar las actividades de esta marca en Inglaterra y Washington. Creemos firmemente, por muchas razones, que la cebichería peruana es el concepto que se expandirá más rápidamente por todo el mundo.

¿Cuál es nuestra cuarta marca? Cuando uno pregunta a diez peruanos si les gusta el pan con chicharrón, los diez dicen que sí. Cuando uno pregunta si les gustan las hamburguesas, la cifra baja a 5 ó 6. Sin embargo, cuando uno repregunta cuántos panes con chicharrón o cuántas hamburguesas ha comido durante la semana, estas últimas siempre terminan ganando. Por haber conocido y analizado esta realidad, entendimos claramente el mensaje. El problema no era nuestro sánguche, el problema era que no había una marca que pudiera salirles al frente a las cadenas de comida rápida con una propuesta que, a partir de nuestras tradiciones sangucheras, pudiera crear un escenario que satisficiera las aspiraciones de nuestra gente.

En estos momentos estamos por inaugurar la sanguchería "Pasquale hermanos" para ubicarse dentro del segmento de comidas rápidas, para que, sin renunciar a su espíritu artesanal, sino más bien haciendo de ello una ventaja, compita directamente con las marcas de comida rápida internacionales con un concepto netamente peruano. Allí existirá un escenario ad hoc, unos protagonistas, los hermanos Pasquale, primos de los Carbone, los Cordano, los Queirolo, los Palermo, fundadores de las sangucherías limeñas, pero donde el peruano sentirá que finalmente el sánguche peruano dejó de ser una aventura mensual y valiente, y se hará parte de su vida cotidiana. Lo que nos inspira es la ilusión de que este segmento de mercado se reacomode y dé cabida a una propuesta netamente nacional.

Esperamos abrir muchos "Pasquale" en Lima y su internacionalización dependerá del éxito de las cebicherías, los bistrós peruanos, y otros conceptos que harán de la marca genérica Perú lo suficientemente fuerte como para que "Pasquale" tenga el camino expedito.

Estamos ahora en busca del local para construir nuestra quinta marca: "Panchita". Durante siglos, las anticucheras de las esquinas formaron parte del ornato y la identidad de nuestra ciudad y, por cierto, del atractivo hacia el turista. Sin embargo, en los últimos años autoridades equivocadas las persiguieron argumentando razones sanitarias, en vez de darles las herramientas para que estuvieran de acuerdo con los tiempos, al punto que hoy es casi imposible encontrar una anticuchera de aquellas que daban vida y aroma a nuestras esquinas. Paradójicamente en cada una de esas esquinas han abierto pequeños negocios de hamburguesas o pollos broaster con costumbres sanitarias mucho más cuestionables que las de nuestras doñas Panchitas de antaño y que, además, en nada podrían cautivar al extranjero que nos visita.

Es con tal espíritu reivindicador con el que nace "Panchita", como un homenaje a esa tradición y a todas esas anticucheras que alguna vez adornaron la ciudad. Anticuchería, pero convertida en un restaurante de verdad, con servicio, con diseño, con filosofía propia; anticuchería que será vendida al mundo como la parrilla de los peruanos, y que nace con la vocación internacional de competir directamente con las parrillas argentinas y los rodizios brasileños, pero todo en el mundo del anticucho, dentro de un marco festivo y con decoración que recuerda a las haciendas peruanas, con anticucheras robustas en vez de parrilleros gauchos, con parrillas como las de las esquinas, con huancaínas y cremas en vez de chimichurris, con 25 tipos de anticuchos con todos los sabores, desde el clásico de corazón hasta el sofisticado de atún, con yuca frita, papas doradas, choclos y tacu tacus en vez de papas fritas, con música latina en vez de tangos, con una fiesta de sabores peruanos en vez de una sola pieza de carne de 500 gramos. La anticuchera de la esquina, pues, quedará convertida en restaurante. Su internacionalización dependerá del éxito de las cebicherías.

Estamos en proceso de creación de tres marcas más. La primera es la de un chifa, pero que sea el real reflejo de una fusión peruano-china y no de un restaurante chino con toques peruanos. Hoy el Perú cuenta con 5,000 chifas; sin embargo, no tenemos ninguna marca. Deberemos crear decoración, ambiente, música, filosofía de servicio, y comida, por cierto, comida que sea el reflejo de un auténtico mestizaje peruano-chino, cuya diferenciación de lo chino será la clave para su internacionalización.

Estamos también en proceso de creación de la pollería de nuestros sueños, donde las guarniciones peruanas harán la diferencia frente al roasted chicken de otros lares, y donde la brasa que le da todo el sabor original, y que lamentablemente algunos comercios hoy devalúan llamándolo brasa cuando usan gas, será lo que marque la diferencia y el sello de roasted chicken peruvian style.

Crearemos también una cadena de hoteles boutique en lugares paradisíacos de nuestro país, con un espíritu peruano latino, donde el diseño, el buen precio, el servicio esmerado y, a la vez, espontáneo y la gran cocina avalada por nuestras marcas serán la clave de su crecimiento y de su internacionalización.

Finalmente hemos terminado de desarrollar lo que es el comienzo de nuestra división industrial. Tenemos claro que, en un futuro, el desarrollo de la cocina peruana, no solo en restaurantes orientados al extranjero, sino también en los hábitos de consumo internacionales, generará una demanda de bases de sabor, salsas, productos derivados que simplifiquen el camino a la hora de preparar un cebiche, un tiradito, una causa y demás. Hemos desarrollado ya las fórmulas: solo nos queda esperar que el mercado esté listo para recibirlas en una marca que tenga como aliado estratégico a un productor emprendedor de Virú, con quien ya contamos, y un distribuidor apasionado, peruano también, quien ya está listo para asumir su función.

Me imagino que ustedes y mucha gente se preguntará por qué tanta fe. En realidad no es fe, es simplemente resultado de un análisis concreto. En los años 80 se dio el inicio del gran despegue de la cocina mejicana por el mundo. En aquel entonces no había Internet, ni las economías estaban globalizadas, ni las barreras culturales habían sido quebradas, ni las fusiones estaban de moda. En ese momento, los mejicanos salieron al mundo con sus tacos y sus tequilas, convencidos de que con ello conquistarían a todos.

En aquel entonces habría unos 500 restaurantes mejicanos. Hoy debe haber más de 200,000. Con ello no solo lograron introducir dicho concepto, sino que también lograron poner de moda el tequila, la cerveza Corona, las salsas derivadas que hoy vemos en todos los supermercados y, por supuesto, el chile. La difusión del chile llegó a tal punto, que hoy nuestro valle de Virú tiene que producir chile jalapeño porque el agro mejicano no es suficiente para abastecer la demanda mundial.

Con los japoneses sucedió lo mismo. A inicios de los ochenta no había sushi bares por el mundo. Hoy hay más de 50,000, y, gracias a ellos, pudieron entrar no solo productos sino otros conceptos como el teppanyakki, del benihana, o los noodle bars tan de moda en Europa.

Entonces, si hoy las barreras culturales ya no existen, si el Internet está al servicio de todos los conocimientos culinarios internacionales, si las economías se han globalizado irreversiblemente, si los estudios, la prensa internacional y el consumidor foráneo nos dan permanentes señales de estar esperándonos, y si, además, contamos no con un producto, sino con muchos productos mucho más diversos, sofisticados y divertidos que ofrecer, ¿por qué creer que vamos a fracasar en el intento? Nuestra fe nace del análisis, no de la ilusión, y nuestra fuerza, eso sí, nace del deber, de la convicción de que los cocineros somos actores reales de los procesos de cambio que el Perú necesita. Creemos firmemente que el éxito de los restaurantes peruanos por el mundo traerá consigo muchísimos beneficios directos e indirectos para el país.

Imaginamos de aquí a veinte años un escenario donde existan, al igual que hoy hay mejicanos, unos 200,000 restaurantes peruanos de todo tipo y en todas partes. Supongamos que, cuando caminemos por cualquier ciudad europea, encontraremos una anticuchería al lado de una pizzería, una sanguchería al lado de una hamburguesería, una cebichería al lado de un sushi bar o un restaurante criollo al lado de un tex mex. Si somos capaces de concebir esa realidad, entonces podremos imaginarnos todos los beneficios que aquel escenario traerá consigo.

La demanda de productos tan comunes como papa amarilla, ají, cebolla roja, rocoto o limón se multiplicaría infinitamente y con ello acabaríamos con uno de los más dolorosos males que padece nuestro país y que genera tanto enfrentamiento aprovechado coyunturalmente por falsos profetas: el empobrecimiento del campesino peruano en los Andes. Hoy, para solo darles un ejemplo, el kilo de papa amarilla se vende en Europa en mercados étnicos a 5 euros el kilo. En contraste, por lo mismo al campesino peruano se le pagan solo 30 céntimos de sol en chacra. Con el nuevo escenario, esto cambiaría y, con ello, desaparecería un permanente caldo de cultivo para la inestabilidad del país.

En dicho escenario se generarían también muchas industrias y productos de base de sabor, como la que venimos desarrollando, de salsas, de pisco, de libros, de revistas, de turismo gastronómico, de asesoramiento gastronómico, de snacks, de dips y todo aquello que va naciendo alrededor de conceptos como los que tenemos. Italia, por ejemplo, exporta productos por 5,000 millones de dólares solo porque un concepto llamado pizza existe por todo el mundo. Esto es más que elocuente para imaginar lo que podríamos generar en torno a toda nuestra gama de conceptos. Quizás lograríamos una cifra mucho mayor que esa.

Por último, el hecho de tener estos conceptos y marcas por el mundo, le daría a la marca Perú un poder de seducción que no solo llamaría la atención del público internacional hacia otras propuestas peruanas, como la moda, el diseño, la joyería, la música, la industria y demás, sino que también incentivaría y activaría la creatividad y la confianza de nuestros jóvenes para elaborar conceptos propios y tener la valentía de salir al mundo con ellos.

Por estas razones creemos que los cocineros tenemos muchas cosas que decir: además de cocinar, tenemos una enorme responsabilidad como miembros de una generación a la que se ha dado con mucha generosidad la oportunidad de representar a su país en aquello que tiene de más poderoso: su gastronomía; en aquello que el mercado hoy más valora y aprecia de nosotros; en aquello que puede generar enormes cambios no solo económicos, sino sobre todo en la manera como los peruanos debemos encarar nuestro futuro personal y el futuro del Perú.

Los peruanos debemos buscar la riqueza dentro de nosotros mismos: estamos llenos de oportunidades por todas partes esperando a alguien que les dé el valor y la fuerza necesarios para convertirlas en algo atractivo y poderoso para vender al mundo.

La clave está en entender que somos una gran nación, con una gran cultura viva, fruto de siglos de mestizaje, y que es justamente ese mestizaje el que ha hecho de nuestra cocina una propuesta variada y diversa que ha cautivado finalmente al público internacional. Es en ese mestizaje donde los peruanos debemos encontrar la fuente de inspiración no solo para generar riqueza, sino sobre todo para aceptarnos y querernos como nación. Solo a partir de ello podremos encontrar dentro de nosotros todas aquellas ideas que luego saldrán transformadas en productos y en marcas para conquistar el planeta.
Hoy estoy aquí muy emocionado por el hecho de poder dirigirme a ustedes no solo para contarles todas estas cosas, sino para recordarles que, como yo, son ustedes los jóvenes más afortunados de este país. Que son aquellos a quienes la suerte les concedió haber nacido en una familia que los pudo educar con amor en un país donde muchos niños ni siquiera conocen el amor. Ustedes, hoy y aquí, están recibiendo la mejor educación, como la que yo recibí y como la que hoy reciben mis hijas, mientras muchas otras niñas en vez de ir a la escuela tienen que trabajar.

Esto no solo debe indignarnos como ciudadanos de un país al que amamos y en el que queremos crear riqueza y logros personales, sino que debe convertirnos en actores para revertir para siempre esta situación y llevarnos finalmente a construir un país próspero lleno de riqueza, donde sintamos orgullo de formar parte de una nación en la que las oportunidades están basadas en una educación igual para todos, en la que existe una justicia igual para todos y un Estado que, de la mano con sus ciudadanos, vigila e interviene enérgicamente frente a la arbitrariedad, el abuso y el rompimiento de las reglas de juego pactadas por todos.

Créanme, solo es posible cumplir sus sueños personales si tenemos un sueño nacional anterior. El éxito personal solo llegará si nuestros objetivos trascienden al ámbito individual para formar parte de una gran aspiración colectiva. Japón reconstruyó su país en ruinas para convertirse en la potencia de hoy porque antes que individuos eran japoneses. Alemania hizo lo mismo, Israel también, al igual que naciones mucho más jóvenes como Australia o Nueva Zelanda.

Es en ese espíritu nacional, pero el positivo, el que se abre al mundo, el que se cuestiona, el que tolera, el que abraza, el que integra, el que aplaude el éxito y no en el nacionalismo que se lamenta, que condena, que divide, que se encierra y protege la mediocridad, en donde finalmente los peruanos alcanzaremos el rostro definitivo de nuestra nación y con él la tan ansiada prosperidad.

Para terminar quisiera decirles, en realidad pedirles, que no se vayan del Perú: ustedes son sus hijos más afortunados, sus hijos más preparados. Si salen a estudiar una maestría, regresen. No se vayan: es aquí donde están las oportunidades, es aquí donde está la riqueza, es aquí donde la vida encuentra un sentido. No se vayan porque su pueblo los necesita; el Perú los necesita; la historia los necesita.

Muchas gracias