lunes, setiembre 11, 2006

A 33 años del peor atentado terorista a la democracia latinoamericana

Homenaje a la democracia latinoamericana
Transcribimos el último discurso del Presidente Constitucional de Chile, Salvador Allende Gossens, el cual fue transmitido en directo horas antes de ser asesinado por el gobierno usurpador y genocida del General Augusto Pinochet.
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9:10 A.M.
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"Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes.
La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación.
Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados deChile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado Comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de Carabineros.
Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar!
Colocado en un tránsitohistórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales dela Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición."
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Aproximadamente a las 2 de la tarde las Fuerzas Armadas chilenas logran ocupar la planta alta de la Casa de la Moneda. Aquí, el Presidente Allende, que aguardaba con una carabina al hombro, fue herido en el estómago. Apoyado en su sillón, continúa disparando contra los militares que habían irrumpido en Palacio de Gobierno. Aquí recibe finalmente un último impacto que lo derriba y, ya moribundo, es acribillado a balazos.
Al ver caer al Presidente, miembros de su guardia personal contraatacan enérgicamente y rechazan nuevamente a los agresores hasta llevarlos a la planta principal.
Es en este momento de la batalla, que se produce un gesto de insólita dignidad: tomando el cuerpo inerte del Presidente Allende, lo conducen hasta su gabinete, lo sientan en la silla presidencial, le colocan su banda de Presidente y lo envuelven en una bandera chilena.
Aún después de muerto su heroico Presidente, los inmortales defensores de Palacio resistieron durante dos horas más las atroces acometidas de las fuerzas militares. Sólo a las cuatro de la tarde, ardiendo ya durante varias horas el Palacio Presidencial, se apagó la última resistencia.
Así se cierra un capítulo más en la democracia chilena. La alta oficialidad de derecha de los cuatro cuerpos armados se habían levantado contra el gobierno constitucional y democrático de la Unidad Popular y sólo cuarenta hombres resistieron durante siete horas el grueso de la artillería, los tanques, el bombardeo aéreo y la infantería.
El gobierno militar ha tratado de ocultar al pueblo de Chile y al mundo este comportamiento estraordinariamente heróico del Presidente Allende. Para ello han tratado de enfatizar la versión del suicidio. Pero incluso si el Presidente Allende, herido grave, para no caer prisionero del enemigo, hubiese disparado contra sí mismo, es no hubiera sido un demérito, sino que constituiría un gesto de extraordinario valor.
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Un video para recordar

3 Comentarios:

A la/s 9:21 p. m., Blogger Unknown dijo...

Siempre perdemos los mismos, los que trabajamos... Poca ropa... Slds, amigo, S,.

 
A la/s 9:29 a. m., Blogger Marcos Bauzá dijo...

Este discurso es tan fuerte.
Se nota que Allende tenía las mejores intenciones para con su pueblo.

¡Cárcel a los genocidas!
...Por la memoria de los pueblos

 
A la/s 12:03 p. m., Blogger Sepúlveda dijo...

HOLA. QUE TAL:

TE ESCRIBO DESDE CHILE, Y EN REALIDAD, SOLO TENGO UNA COSA QUE DECIRTE, Y ES FELICITACIONES, Y SIGUE ASÌ, CREO QUE LA CONTINGENCIA ENRIQUESE A LOS PUEBLOS, EN ESPECIAL AL OS NUESTROS QUE SE MANTIENEN EN CIERTO MODO DISTANCIADOS POR TANTAS ESTUPIDECES DEL PASADO CREO YO, COMO DE LA VIDA. TAMBIEN EL ASUMIR LAS CULPAS.lO QUE ESCRIBISTE DE ALLENDE, DEJA EN CLARO LO TRANSVERSAL QUE ERA, Y DEMUESTRA QUE SU IMAGNE DE CONCECUENCIA ES GRANDE.

BUENO, ME DESPIDO, Y SOLO TE PIDO QUE TE METAS A MI BLOG Y DES TUS COMENTARIOS DE TODOS MIS ARTICULOS, COMO DE LOS VIDEOS.
EL DISCURSO DE ALLENDE ES DEMOSTRAR QUE LAS UTOPIAS SON REALES.

 

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