De la concepción de Mariátegui a la Renovación Política

Este rechazo tiene que ver con la intuición profundamente anti - autoritaria que tenia Mariátegui. En sus reflexiones aparece una oposición frontal a toda forma de despotismo del poder. La política, en esos modelos, se le presenta como una técnica en la lucha del propio poder; esto es, la elección de los medios más eficaces para alcanzar determinados objetivos.
Lamentablemente, la propuesta de Mariátegui estuvo prácticamente enterrada durante más de cinco décadas, bajo un cúmulo de tergiversaciones; ésta ha tenido dos sesgos: la interpretación del nacionalismo democrático radical y la interpretación marxista – leninista. La primera, buscó convertirlo en un anti-imperialismo que aspiraba a la construcción de una Nación. La segunda, en un defensor del socialismo burocrático. Pero en ambos casos, la consecuencia fue la misma: la desnaturalización de la originalidad de la concepción socialista de Mariátegui. La perdida de autonomía teórica de su propuesta política.
Ahora bien, la situación actual es radicalmente distinta tanto en los hechos y fenómenos como en el comportamiento entorno a la política. De otro modo, se ha producido la bancarrota formal de los sistemas marxistas-leninistas; aquí el derrumbe de la URSS constituye uno de sus indicadores más espectaculares. Por lo tanto, están dadas las mejores condiciones para comprender la originalidad y la riqueza del pensamiento político de Mariátegui.
En la actualidad, es posible encontrar algunos aspectos de la concepción socialista de Mariátegui en su comentario al libro de Miguel Unamuno, la agonía del cristianismo, en donde critica la incomprensión del escritor español del pensamiento de Marx, afirmando que la vehemencia política lleva aquí a Unamuno a una aserción arbitraria y excesiva. No es cierto que Karl Marx creyese que las cosas hacen a los hombres. Lo que sucedía era que Mariátegui pensaba lo contrario, pues consideraba al marxismo no como un determinismo económico o como una teoría científica destinada a describir la realidad social, sino como un proyecto revolucionario capaz de trasformar la historia. El fundamento de esta concepción se encuentra en la tesis según la cual los seres humanos hacen su propia historia. Los hombres, mediante su trabajo, trasforman la naturaleza y al mismo tiempo crean y recrean la vida social, ergo, la política, ya que la principal exigencia del obrero, del campesino y del hombre que vende su fuerza de trabajo es la debida distribución de todos los medios de producción, en beneficio de toda la sociedad, es decir, de todo el pueblo.
Hoy, la exigencia de los ciudadanos, desde el estudiante, el joven, el campesino, la madre trabajadora, hasta el profesional, es transformar la sociedad actual, plagada de corrupción mediocridad, impunidad, falta de justicia, etc, por una en donde el bien común y la persona sean los ejes centrales de toda actividad.
Por todo ello, la RENOVACIÓN POLÍTICA es de IMPERIOSA NECESIDAD. Ella debe partir e ir desde y hacia las nuevas GENERACIONES, las que tienen la capacidad y la facultad de cambiar los destinos de la Nación, borrando para siempre la tonta excusa de que al joven le falta experiencia y madurez. La tarea primordial es por lo tanto cambiar las formas y modos de entender y hacer política, transformando y creando una nueva clase, una que logre estar a la altura de las circunstancias y exigencias del país.
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CEDDH - Juventudes
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