lunes, setiembre 19, 2005

Nuevamente más de lo mismo, el eterno regreso

Escrito por:
Dimitri N. Senmache Artola
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Estamos en un año pre electoral, a menos de siete meses de elecciones presidenciales y congresales, y qué tenemos? NADA, más de lo mismo, más de lo que ya ha demostrado no servir sino para el robo, la estafa, el engaño y la impunidad. Hablamos de "figuras nuevas" y los medios nos ponen a Kenji Fujimori, a un Alan amnésico de su propio gobierno, a Lourdes Flores, a PPK, a Waisman, a Bedoya Reyes, a Belaunde (y no me refiero al arquitecto Fernando), etc.
La pregunta que debería marcar la diferencia debiera ser: ¿es que el Perú está condenado a ser manipulado, digo, gobernado, por las mismas caras, familias y apellidos? Es que la llamada "renovación política" es sólo un slogan más. Y dónde queda la gente preparada, con conciencia social, con ánimo y voluntad de servicio, dónde están los honestos de nuestra patria.
Al parecer la consigna actual es: !hagamos frentes sociales (traducción: juntemos perro, pericote y gato) y veamos cómo nos va en este nuevo juego electoral¡ El gran problema es que siempre son más los pericotes los que finalmente arman los frentes coyunurales pre electorales. Estos saben muy bien cuán importante es el recurso económico en una campaña, para convencer al electorado de que "ahora sí" serán honestos, "ahora sí" cumplirán sus promesas, "ahora sí" no desaparecerán estudiantes, "ahora sí" trabajarán para la patria, etc.
La culpabilidad de ello debe recaer en todos y cada uno de nosotros, quienes lejos de participar activamente en la política, de ser parte de ella, somos como borregos, pues sólo nos basta criticar y maldecir, durante una que otra reunión familiar, y concluir que: LA POLITICA ES MALA.
Si los hombres y mujeres honestos (profesionales, estudiantes, jóvenes, técnicos, obreros, campesinos, empresarios nacionales, científicos, artistas, etc) no logramos articular organizaciones y propuestas que hagan frente a toda esta burda realidad, infestada de alimañas y buitres carroñeros de la política gerontocrática, entonces estaremos condenados a permanecer en el Eterno Retorno , nos veremos obligados a reeditar una carátula que, con el permiso de Nicolás Yerovi, tomo aquí prestada.
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Nota final: para los que no participan en política ...

"El peor analfabeto es el analfabeto político, el que no oye, no habla, no participa en los acontecimientos políticos (no sale a las marchas de protesta, añadiria); no sabe que el costo de la vida (el precio de los frijoles, del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado y medicinas) depende de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan animal que se enorgullece e hincha el pecho al decir que odia la política; no sabe el imbécil que de su ignorancia politicamente proviene la prostituta, el menor abandonado, el asaltador y y el peor de los bandidos: el politiquero aprovechador, embaucador y corrompido, lacayo de las grandes empresas nacionales y extranjeras". (Bertolt Brecht)

2 Comentarios:

A la/s 7:49 p. m., Blogger Me dijo...

Entiendo tu desencanto, lo sarcástico de tu post, es más, creo que la gran mayoría siente lo mismo, pero ¿Cuál sería el candidato estrella entonces?

 
A la/s 11:43 p. m., Blogger Coordinadora Ciudadana dijo...

Ese es el asunto: NO EXISTE UN CANDIDATO ESTRELLA. Debemos de desterrar la idea del Mesias, del iluminado, del caudillo que nos libre de todos nuestros males. No existe un remedio único y simple que pueda prescribir como si fuera un médico. Debemos en cambio apostar por la organización política, por el debate de ideas y la discusión de los métodos de cómo llevarlas a cabo.
Normalmente el ciudadano ´común espera que llegue alguien y le solucione los cientos de miles de problemas que tiene. En lo personal, planteo que construyamos espacios políticos, que nos involucremos, que propongamos y participemos en la política, cada uno desde el espacio que mejor se sienta. Participar en política no equivale a participar o ser militante de un partido, sino ebatir, estar pendientes de lo que sucede, defender derechos y exigir se cumplan los deberes, criticar para construir y no para destruir, y principalmente exigir un mínimo de respeto hacia uno por parte de los que deseen ocupar un cargo público, no elegir a culaquiera por el sólo hecho de ser un amigo, de conocerlo o porque nos ha obsequiado un polo o calendario.
En algún comentario anterior, nuestro amigo Daniel Salas pudo resumir con una frase lo que sucede en cada elección: "nos hallamos ante la paradoja aparente de que los pobres votan contra sí mismos". Hagamos que ello no siga siendo así. Cosntruyamos, paso a paso esa diferencia. Por mientras, esperar a alguien que sea el Mesías, estoy seguro será un error.

 

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