jueves, setiembre 22, 2005

Carta de Einstein a Freud

Escrito por:
Mauricio Aranguren Molina
Desde Caldas - Colombia
Publicado por el periódico La Patria
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El 30 de julio de 1932, Albert Eintesin le escribió una carta a Sigmund Freud y, con ella, se inició uno de los diálogos epistolares más conmovedores que he leído. Por economía del espacio, comparto tan sólo una pequeña parte con ustedes, ya que no sólo se viven guerras en el mundo, las hay en nuestro país, en nuestra ciudad –contra los asesinos de Orlando Sierra-, en nuestra hogar hay conflictos y hasta contra nosotros mismos los tenemos.
Entre dos guerras mundiales, la primera y la segunda que se avecinaba, Einstein pensaba que la pregunta más importante que debía plantearse la civilización , tenía que ver con las investigaciones de Freud: “¿hay una manera de liberar a los humanos de la fatalidad de la guerra? ” -el genio de la física entiende la fatalidad como aquello que no podemos evitar que suceda, como en efecto pasa con la guerra-.
El hombre de los traviesos cabellos blancos le envía tal “papa caliente" al padre del psicoanálisis porque, como un ser, de verdad inteligente, admitía sus limitaciones a la hora analizar las profundidades del querer y sentir humanos.
De entrada y sin pensar, la primera pregunta nos cuestiona: qué tiene que ver Freud con la guerra. Mucho, él más que ningún otro pensador. Pero a esta conclusión llegué después de leer las otras preguntas de Mr. Albert: “¿cómo es posible que una minoría pueda poner a las masa al servicio de sus deseos, si éstas, en el caso de la guerra , sólo obtendrán sufrimiento y perdidas? Ya, de manera diáfana, se identifica quienes son la minoría –léase políticos corruptos de Caldas- y quien representa la masa.-los votantes incautos y los que sólo piensan en ellos- .
El sentido de sus preguntas se va aclarando, cuando lanza la tercera : “¿cómo es posible que la masa se deje enardecer hasta llegar al delirio y la autodestrucción? La respuesta sólo puede ser: en los seres humanos anida la necesidad de odiar y destruir…”
Quienes aún después de el robo a Caldas, el nepotismo, el despilfarro y el vil aesinato, siguen creyendo en sus supuestos “lideres” deberían ir al diván, pues se está autodestruyendo. El amigo J.E. Pava Quiceno, en su columna, se asombra del olvido en el que está cayendo el crimen de Orlando: –es la autodestrucción que trae consigo el olvido mi estimado- y sobre todo, el olvido a lo que él siempre criticó y por lo que fue asesinado el difunto Sierra. ¡Despierta Manizales! No hay que olvidar a nuestros muertos. Debemos recoger su bandera.
La carta termina con la pregunta : “¿Es posible dirigir el desarrollo psíquico de los seres humanos, de tal manera que estos se vuelvan más resistentes a la psicosis del odio y de la destrucción?” El primer sorprendido con los cuestionamientos fue Freud, quien comenzó así su respuesta a la carta : “me asusté ante la impresión de mi –estaba a punto de decir : “de nuestra” incompetencia- .”
Sin embargo, el padre del psicoanálisis dio una brillante y extensa respuesta de la cual se concluye que el camino a la solución es, impulsar y promover seres humanos pacifistas, así la guerra sea una fatalidad, lo será menos mientras el proceso por el cual, según Freud, se llega a ser pacifista se masifique.
Freud, reconoce que primero fue la violencia y luego la ley, y que la ley misma logra imponerse sobre la violencia, ejerciendo violencia . Nuestro presidente acostumbra a decirlo así : el estado debe tener el monopolio de la fuerza y ejercerla ante los violentos. La violencia legitima es producto de un consenso colectivo de la sociedad, en contra de los que destruyen el bien común.
Ahora en Caldas, hay una minoría que quiere saltarse las reglas que han sido inventadas por la humanidad y analizadas por los genios que ha producido la misma. Ahora quieren imponernos mediante la violencia y el asesinato, su forma de hacer “política”, la cual está en contravía del bien común. Así crean que al final vencerán, la historia los hará perdedores.
Parodiando la última pregunta de Einstein, ¿Cómo curaríamos la psicosis de odio y destrucción en Caldas? Entonces Freud nos contestaría: “todo lo que impulsa hacía la evolución cultural actúa en contra de la guerra”.
Entonces me atrevo a preguntar a la nueva clase política de Caldas ¿qué estamos haciendo para cambiar los caracteres psicológicos de nuestra cultura política?…
Por lo pronto que la ley haga lo que pueda, pero el fortalecimiento del intelecto , de nuestros más vulnerables conciudadanos, debe ser un compromiso de todos. Sino lo asumimos, perderemos frente a los enemigos de nuestra ciudad.
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Nota de la CEDDH - Perú: agradecemos profundamente las contribuciones de todos nuestros amigos.

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